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Microbiología del suelo: reacciones bioquímicas y equipos para análisis.
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El suelo es un sistema
dinámico y desempeña un papel fundamental en la producción de alimentos, además
de ser un sustrato donde crecen las plantas, es un sistema que permite una
serie de funciones vitales, desde la descomposición de la materia orgánica
hasta el ciclo de nutrientes.
Otro factor importante
es la gran diversidad de microorganismos del suelo, conocida como microbiología del suelo, compuesta por
diversas bacterias, hongos y protozoos. Comprender cómo funcionan estos
microorganismos es fundamental para garantizar la sostenibilidad de los
sistemas naturales y comprender los procesos que ocurren en los suelos.
¿Quiere saber más sobre
la actividad de los microorganismos del suelo? ¡A continuación, se lo
contaremos!
¿Cuál es la composición del
suelo?
Los suelos están
compuestos por componentes sólidos y espacios porosos, la parte sólida tiene un
46% de material de origen mineral y el otro 4% es materia orgánica. Los
espacios porosos están ocupados por aire y agua, que varía de acuerdo con la
humedad del suelo. Es decir, los suelos, en general, están compuestos por
partículas minerales (arena, limo y arcilla), agua, aire y materia orgánica.
Imagen 1. Composición general del suelo.
La materia orgánica se encuentra en la capa más superficial del suelo,
por lo que es también donde se encuentran los nutrientes y microorganismos,
estando formada por residuos de plantas, animales y organismos del suelo.
En el suelo, los
microorganismos vivos se denominan biomasa
microbiana y son responsables de la descomposición de la materia orgánica,
así como de varias reacciones más, de las que hablaremos más adelante. Un
ejemplo es la mineralización, que ocurre cuando los microorganismos descomponen
el material vegetal o animal, transformando los nutrientes que se encuentran en
forma orgánica en forma mineral, una forma que las plantas pueden absorber.
Diversidad microbiana del
suelo
La microbiota del suelo
está formada por innumerables poblaciones de microorganismos, siendo los grupos
más numerosos: bacterias, hongos y protozoos. Estos microorganismos tienen
nichos y funciones específicas en los sistemas del suelo, las bacterias y los
hongos son de gran importancia en las reacciones bioquímicas, siendo las
bacterias las más abundantes.
La cantidad y
diversidad de microorganismos en el suelo es bastante grande, a pesar de que
sólo constituyen del 1 al 4% del carbono total, ocupando alrededor del 5% del
espacio poroso del suelo. Sin embargo, solo una porción de los microorganismos
se encuentran en estado vivo, esto se debe a que el suelo es un ambiente
estresante para ellos, por lo que alrededor del 15 al 30% de las bacterias
están vivas, mientras que en los hongos representa solo el 10%.
En la biomasa
microbiana del suelo, las bacterias y
los hongos representan el 90% de la actividad microbiana, siendo las
bacterias las más abundantes y versátiles, desempeñando un papel importante en
la degradación de los pesticidas. Las bacterias tienen una población de 106 a
109 organismos g-1 de suelo y los hongos representan de 104 a 106 g-1 de suelo.
El proceso de formación
del suelo comienza con reacciones físicas y químicas, que provocan la erosión
de las rocas hasta convertirlas en partículas finas. Sin embargo, al inicio del
proceso, el carbono y el nitrógeno se encuentran en pequeñas cantidades en este
suelo, siendo imprescindibles los microorganismos que realicen la fotosíntesis
y fijen el nitrógeno.
El metabolismo de los
microorganismos
Los microorganismos
llevan a cabo dos procesos principales, que involucran una gran cantidad de
reacciones bioquímicas complejas: la fotosíntesis y la descomposición, que son
procesos que generan y/o consumen energía celular. Las reacciones de producción
(reacciones catabólicas) o de aprovechamiento de energía (reacciones
anabólicas) son llevadas a cabo por microorganismos que se encuentran en el
suelo. Vea a continuación:
●
Reacciones catabólicas: son
reguladas por enzimas que liberan energía y están ligadas a la descomposición
de compuestos orgánicos complejos, transformándolos en compuestos simples. Son
reacciones que utilizan agua (hidrolíticas) y producen energía.
●
Reacciones anabólicas: son
reguladas por enzimas que requieren energía y están ligadas a la formación de
moléculas orgánicas complejas, a partir de moléculas simples. Son reacciones
que liberan agua y consumen energía.
Pero, ¿cuáles reacciones
interfieren los microorganismos del suelo?
Carbono en el suelo: como
indicadores de la calidad del suelo se utilizan el contenido de carbono, la
materia orgánica, los índices de biomasa y la actividad enzimática. Los
microorganismos influyen en la cantidad de carbono almacenado en el suelo y en
su disponibilidad.
El proceso comienza con
los residuos vegetales y animales en el suelo, luego la microbiota del suelo
inicia el proceso de descomposición, con la ruptura de los compuestos
orgánicos. Durante el proceso, los microorganismos consumen parte del carbono,
obteniendo energía, y liberan dióxido de carbono a la atmósfera, con la
respiración microbiana.
La formación de materia
orgánica estable (materia orgánica humificada) también es responsabilidad de
los microorganismos del suelo, este proceso se descompone más lentamente y
permite la formación de un reservorio de carbono en el suelo. Otra función de
los microorganismos es el ciclo del
carbono entre el suelo y la atmósfera.
Nitrógeno en el suelo: el
nitrógeno está disponible en el suelo en formas orgánicas e inorgánicas. Al ser
la forma orgánica que se encuentra en la fracción proteica de la materia
orgánica, es susceptible a la mineralización. En forma inorgánica se presenta en
diferentes formas, tales como: amonio, nitrito, nitrato, etc.
La fijación biológica de nitrógeno es la principal forma de entrada de
nitrógeno al suelo, algunas bacterias, como Rhizobium,
fijan nitrógeno atmosférico y lo convierten en amoniaco (la forma que absorben
las plantas), y viven en simbiosis con las raíces de plantas leguminosas, como
soya, frijoles y guisantes.
Las bacterias
nitrificantes (Nitrosomonas y Nitrobacter) convierten el amoníaco en
nitritos y nitratos, es decir, transformándolos en formas de nitrógeno que son
más fácilmente absorbidas por las plantas, este proceso se llama nitrificación. Otro proceso es la desnitrificación, que se produce cuando
las bacterias convierten los nitratos del suelo en nitrógeno gaseoso
(atmosférico), provocando la pérdida de nitrógeno del suelo a la atmósfera.
Imagen 2. Ciclo del nitrógeno.
Fósforo en el suelo: El
fósforo es un elemento fundamental en la producción de ATP (energía),
fotosíntesis, respiración de las plantas, es un elemento estabilizante y poco
móvil en el suelo, encontrándose en forma orgánica (Po) y forma inorgánica
(Pi).
En el proceso de mineralización, los microorganismos del
suelo facilitan la liberación del fósforo presente en compuestos orgánicos
complejos, como el fosfato orgánico, poniéndolo a disposición de las plantas en
forma de fósforo soluble. Durante el proceso de movilización, las bacterias del género Bacillus y Pseudomonas
producen ácidos orgánicos y enzimas que ayudan a solubilizar los fosfatos
insolubles en el suelo, poniéndolos a disposición de las plantas.
Imagen 3. Ciclo del fósforo.
Azufre en el suelo: la
mayor concentración de azufre se encuentra en el suelo, que puede presentarse
en formas orgánicas e inorgánicas. Los microorganismos del suelo ayudan a
liberar azufre de compuestos orgánicos complejos, como el sulfato orgánico y el
sulfuro de hidrógeno, haciéndolo disponible en forma de sulfato soluble; este
proceso se llama mineralización.
Algunas especies de
microorganismos del suelo tienen la capacidad de realizar procesos de oxidación y reducción del azufre, por
ejemplo, las bacterias reductoras de sulfato pueden convertir el sulfato en
sulfuro, mientras que las bacterias oxidantes del azufre pueden convertir el
sulfato en sulfato. En el proceso de fijación,
por ejemplo, las bacterias fijadoras de azufre del género Thiobacillus pueden fijar azufre de la atmósfera y convertirlo en
formas utilizables por las plantas. En el proceso de desnitrificación, algunas bacterias pueden producir sulfuro de
hidrógeno como subproducto de la reducción del nitrógeno.
Imagen 4. Ciclo del azufre en el suelo
solo.
¿Sabe qué son las micorrizas?
Las micorrizas son una simbiosis entre los
hongos y las raíces de las plantas, funcionan como una extensión de las raíces,
permitiendo aumentar el área de exploración de las raíces y la absorción de
nutrientes, promoviendo la resistencia a enfermedades y contribuye al ciclo de
los nutrientes en el suelo. Esta interacción beneficia tanto a las plantas como
a los microorganismos.
Los hongos micorrízicos
establecen una red de hifas alrededor de las raíces de las plantas, siendo este
proceso el responsable de aumentar la capacidad de absorción de agua y
nutrientes. A cambio, las plantas proporcionan carbono a los hongos
micorrízicos en forma de carbohidratos y otros compuestos orgánicos.
Laboratorio de Microbiología
de Suelos
Anteriormente vimos las
diferentes reacciones que ocurren en el suelo y que requieren de
microorganismos. La microbiota del suelo juega un papel crucial en la
descomposición de la materia orgánica, el ciclo de nutrientes y el
mantenimiento de la calidad del suelo. Sin embargo, para comprender en
profundidad estos procesos es necesario realizar análisis de laboratorio, por
lo que ahora hablaremos de los equipos utilizados en los laboratorios de microbiología del suelo.
Usted puede conocer un poco más sobre los análisis realizados en los textos: "Microbiología del suelo y su importancia para la sustentabilidad agrícola" y "Actividad enzimática: indicador biológico de la calidad del suelo".
Un laboratorio de microbiología
de suelos necesita unos equipos básicos, que se describirán a continuación:
Microscopio: importante para identificar
las características morfológicas de microorganismos. Puede ser:
●
●
Estufas: se pueden utilizar diferentes
estufas, según la aplicación deseada. Pudiendo ser:
●
●
Otros equipos que se
pueden utilizar son:
Consideraciones finales
Al final de este texto
queda claro lo importantes que son los microorganismos del suelo y participan
en reacciones complejas, fundamentales para el buen funcionamiento del suelo y
de las plantas. Desempeñan papeles esenciales en la dinámica de interacción
entre los diferentes elementos del suelo, además de ayudar a mantener la
fertilidad y la calidad del suelo, y un laboratorio de microbiología del suelo
bien equipado nos permite comprender mejor las interacciones entre el suelo y
los microorganismos y las reacciones bioquímicas existentes en este entorno.
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Referências bibliográficas
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